Carrera por Montaña Garganta de los Infiernos 2024. Espectáculo natural de principio a fin.

          Siempre dije que me gusta flirtear de vez en cuando con las carreras de montaña, aunque también es cierto que hacía mucho tiempo desde la última vez que competí en una prueba de este tipo. Hace varios meses que tenía claro que en este 2024 participaría en la Carrera por Montaña Garganta de los Infiernos.



         Ya había disfrutado de esta carrera en los años 2013 y 2016 igual que las había sufrido por su dureza, sobre todo en la edición de 2016 en la que pequé de optimista en la primera parte de la carrera y no saboreé el recorrido de la forma que el paisaje lo merece.

          La consigna para la de este año era clara: no salir a competir. Es absurdo que yo, que estoy acostumbrado a hacer todos mis entrenos en llano, me intente dar de leches por posiciones con corredores que son asiduos a hacer este tipo de carreras y, probablemente, a entrenar  frecuentemente por montañas.

          La salida era a las 9:30 horas y a las 9:00 se abría el corralito en el que se inspeccionaba que se llevara el material obligatorio (esto hizo que tuviera que correr con mochila): silbato, zapas de trail, cortavientos, manta térmica, bote para agua, badana, móvil y mallas por debajo de las rodillas. Después un poco de movimiento articular y algo de estiramientos hasta que se diera la salida. El Sol estaba presente y la temperatura era buena, por lo que de inicio salgo en camiseta de tirantas.



         Empieza la carrera y me coloco a mitad de pelotón. El primer km es por la localidad de Jerte y me lo tomo con la tranquilidad de un calentamiento. Pronto empezamos a su subir por un camino de cemento en el que no dejo de correr, lo que me sirve para adelantar a muchos corredores, hasta que tomamos un desvío a la izquierda por el camino del Frascazo. Esta primera parte es muy conocida para mí pues asiduamente la recorro en mis veraneos por Jerte.

          La subida ya es sendero y más escarpado. Cuando entreno por ahí suelo subirla corriendo en su mayoría pero ahora me dejo llevar por los que han decidido caminar y hago lo mismo. Esto es muy largo y toda fuerza que se guarde vendrá bien al final. Aún así en algún tramo con menos pendiente aprovecho para correr y ganar alguna posición. Decir que para adelantar en este tipo de carrera se pide permiso, pues es imposible ponerse a la par con alguien por lo estrecho del sendero.

             Este camino se torna en descenso que desemboca en la calzada romana que nos dirige hacia Los Pilones. Ahí nos vamos encontrando con senderistas que nos ceden paso y nos animan. Al llegar a la parte alta de los Pilones nos metemos por el "camino" donde está la fuente. Zona muy técnica de grandes rocas y húmedas en las que no tienen agarre ni las zapas de trail. A continuación un largo ascenso de 3 kms con pocas zonas de correr pero en donde el ritmo de subida caminando también te hace ganar o perder.



              Según se va suavizando el terrero ya se puede correr de forma constante, lo cual mis piernas lo agradecen. Corro con tranquilidad, sin premura, pero aún así me sirve para ganar alguna posición más. Caminos de rocas y senderos estrechos con gran vegetación se alternan para dar paso a un bajada que nos lleva a cruzar al otro lado del río en la Garganta del Collado de las Yeguas. Es importante no perder la vista del suelo en cada momento para saber en dónde poner el pie o si hay alguna piedra o rama con la que se pueda tropezar.

         A partir de aquí zona corrible en suave descenso que me viene genial para recuperar energía que nos lleva a coger la ruta de Carlos V. Algún resbalón y algún tropezón pero aún no hemos probado la dureza del suelo. Vamos por el km 9.

         En este tramo todos felices, corremos con facilidad, alguna ligera pendiente, volvemos a cruzar el río por un puente de piedra desconocido para mí y aunque han pasado hora y media me encuentro muy entero físicamente. Eso sí sudando de lo lindo. Hasta ahora varios tropezones y resbalones pero hemos conseguido salvar la caída. Nunca voy solo, siempre, aunque en fila de a uno, voy con varios corredores delante mía y detrás.



             Pero tras cruzar este puente nos topamos con un muro en el que ascenderemos más de 300 metros en dos kilómetros. Digamos que se trata de ascender a la cima de una montaña en línea recta, sin sendero  que seguir. Como subir una escalera sin peldaños, poniendo el pie en cualquier planta o piedra que sirviera para empujar tu cuerpo hacia arriba. Es km 11,5.

           Los cuádriceps se empiezan a sobrecalentar pero me veo capaz, con fuerzas y, a pesar de mirar hacia arriba y ver corredores en el mismo techo del mundo, no entro en desánimo y continúo. Recordando el mapa del perfil de la carrera sabía que al llegar a la cima estaremos en la parte más alta de la carrera y que a partir de ahí lo más duro habrá pasado... ¡o no!

           Llegada la cima se toma un camino ancho en el que se ve que pasan vehículos. Sin tiempo que perder empiezo a correr, pues es mi forma de recuperar las piernas más rápidamente. Una ligera pendiente de bajada en la que me relajo y dejo que la inercia y la gravedad hagan su trabajo, pero este descanso sólo dura 300 metros que fue lo que tardo en darme cuenta que no habíamos llegado a la parte más alta, que le quedaba un trozo más al muro. 



            Empiezo de nuevo casi a gatear y al poco tengo que parar un instante, más por desánimo que por cansancio, pero hago una especie de reseteo para asumir que la dura ascensión continúa. Poco a poco me voy viniendo arriba, nunca mejor dicho, voy recobrando ritmo y sincronizo la respiración hasta llegar de nuevo, esta vez sí, a la parte más alta de la carrera. A partir de aquí 5,5 kilómetros de bajada. Aún estamos en el km 13 y ya han pasado 2 horas de carrera.

             En la parte más alta la densidad de árboles es mucho menor y el terreno más "pulido", con menos ramas y piedras, lo que permite sacar técnica de carrera y disfrutar de la zancada con plenitud. Desde aquí arriba los paisajes son aún más espectaculares.

        Según vamos descendiendo la vegetación es más densa, pero se sigue corriendo bien ya que no es un terreno muy técnico por lo general, hasta que llega el avituallamiento. Aquarius y agua, plátano y cacahuetes y a seguir. Justo aquí reconozco el camino de mis entrenos. Sí, vamos camino del Puente Nuevo, y aquí conozco casi cada piedra en donde pisar, hasta que llegamos al mismo. Vaya zona más espectacular la de este puente.



            Desde aquí hasta la parte más baja es un momento de distensión. Corremos cinco de seguido y vamos hablando de la carrera y de otras cosas mientras seguimos en fila de a uno. Aunque hay mucha piedra se puede correr bien y este momento más distendido hace que pierda un poco la concentración y tropiece cayendo al suelo. Sólo algún rasguño en la palma de la mano, aunque el brusco movimiento hace que se me tense más de la cuenta el isquiotibial, pero sin consecuencias graves. Iba cerrando el grupo y así nadie pudo tropezar conmigo.

              Llegamos al refugio para terminar la larga bajada, km 18,5, y al poco afrontamos la penúltima subida. Un kilómetro de mucha pendiente pero en la que de vez en cuando se puede dar alguna zancada. Esto no lo hace el resto con la misma frecuencia, lo que me sigue permitiendo ganar algunas posiciones más. Me encuentro al menos tres chicos con cojera en distintos momentos, pero me dicen que no necesitan ayuda y que pueden llegar solos. Pongo mi "barba a remojar" y presto más atención al camino.

              De nuevo bajamos y cada vez se puede correr más fácil. Estoy aprovechando ahora las fuerzas que reservé al inicio, me noto suelto y disfrutón. Esta bajada es un zig zag precioso pero que te hace estar muy alerta para no estamparte contra un árbol. Me tengo que concentrar también en las balizas pues la distancia ahora es más grande con el corredor que me precede. Aún así le doy alcance justo antes del último avituallamiento.



             Y llegamos al última subida de kilómetro y medio pero en algunos tramos corrible. Estamos en el km 21. Otra vez el resto corre menos que yo y vuelvo a ganar un par de posiciones hasta que llego arriba justo detrás de la tercera corredora. A punto de alcanzarla en la subida se empieza a distanciar en la bajada, pero me sirve como referencia de bajada e intento no perderla de vista, aunque de vez en cuando debo de hacer uso de las balizas para seguir el camino.

              Cuanto menos técnica es la bajada más me acerco a ella pero aquí doy un mal paso y en un momento siento que caigo al suelo. Fue como a cámara lenta, sintiendo en ese instante como voy por el aire y pensando la forma de caer. El brazo derecho fue por delante para amortiguar y por suerte sólo había tierra en el sendero, lo que me hizo patinar por el mismo y ganarme un buen raspón en este brazo. Me levanto y sigo corriendo a la vez que hago chequeo... todo está bien.

              Estamos llegando al final y la prueba definitiva es que llegamos a la pista de cemento que nos va a llevar hasta Jerte. Aquí ya es correr puro, sin obstáculos. Doy alcance a la chica y a otros dos corredores más hasta que por fin llegamos al pueblo. Me he vaciado en ese tramo de bajada de cemento y ahora hay que penar este último km hasta meta, pero sigo haciéndolo con energía, lo  que me hace adelantar a otros dos atletas justo en el callejeo hasta que por fin llego a la plaza.



         ¡Siiiii! grito con rabia al cruzar la meta. Más que rabia es alegría por la sorpresa propia de la carrera que acababa de realizar. Las energías me han durado hasta el final, justamente las 3 horas y 25 minutos que duró mi carrera y que me hizo entrar en la posición 58º de 260 participantes. 

            ¡Vaya carrera espectacular! 26 kms para ascender 1500 kms. Parajes impresionantes, organización exquisita y un ambiente excepcional. Carrera muy recomendable para los que les guste la montaña y la naturaleza.

             Para recuperar nos prepararon en la plaza migas, ensalada y gazpacho gratuito para todos los asistente, corredores o no. Fue el colofón para una mañana de las que no se olvidan.


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Media Maratón Valdelacalzada en Flor 2024. Preparado para maratón.

        A dos semanas para la Maratón de Badajoz se presentaba esta Media Maratón Valdelacalzada en Flor,  en buen momento para medir realmente en qué situación física me encuentro para disputar esos 42 kms en los que llevaré el globo de las 3 horas.


Paso por el 10K en 39:42. Foto: Ayuntamiento de  Valdelacalzada.

      Nada se ponía de cara para poder estar en Valdelacalzada este domingo: asuntos familiares, algo de resfriado amenazando ir a más y, para colmo, amanece el día con vientos de casi 30 km/h y una cortilla de lluvia fina. Invitaba a rendirse y no ir, pero estas circunstancias desfavorables son las que realmente te curten como atleta y deportista... esa sensación de que nada te frena.

         Llego con tiempo a retirar el dorsal, y como es pronto me meto en el coche para no estar tanto tiempo expuesto y agravar el resfriado. Salgo y me cambio con el tiempo justo para calentar 15 minutos y llegar a punto a la salida. Pero una vez todos colocados y con el dedo en el "start" de nuestro reloj nos avisan que no ha llegado la ambulancia y la carrera se retrasa 10 minutos.

        El único objetivo es salir de esta carrera con buenas sensaciones, y me planteo un ritmo inicial de 4:00 y chequear qué es lo que hay en las piernas sobre el terreno. Sólo corrí esta carrera en la edición de 2016, con la compañía de los amigos Fran Cano y Paco Arrobas.

Podium Master C con Casi y José Manuel. Foto: Francis

          Empieza la carrera con las dos pruebas a la vez y siguiendo el mismo circuito, la media maratón y el diez mil, por lo que el grupo inicial es nutrido. Me preocupo de encontrar mi ritmo, mis sensaciones, que inicialmente las encuentro al ritmo que había pensado antes de empezar.

          Con la ayuda del viento frontal en los primeros kilómetros se van formando pequeños grupos. Yo voy alternando posiciones con Jose Parejo, Jorge Sierra y otro compañero al que le costaba más aguantar el ritmo y al cual, cuando me dijo que iba para el 10k, le sugerí que "chupara rueda" sin problema y consiguiera su objetivo sub 40.

          Por delante, a unos 20 metros un grupo de 4 o 5 atletas a los que podríamos llegar si las fuerzas acompañan. Y así llegamos a una curva cerrada a la derecha en asfalto aún que nos posiciona con viento a favor. El cuento cambia.

          Lógicamente el correr es más fácil y bajamos a ritmos de 3:55. Esta hace que progresivamente nos acerquemos al grupo delantero hasta que lo alcanzamos y rebasamos. En este punto Jose se va hacia adelante, le sigue uno de los integrantes del grupo que hemos alcanzado y por detrás nos quedamos Jorge y yo juntos, y juntos pasaríamos por primera vez por el arco de meta, en donde terminaban los del 10k. Esos 10 primeros kilómetros se hacen en 39:42.




          Se despeja la carrera por delante, sólo quedamos los de la media. Tenemos a Jose Parejo por delante a unos metros y yo inicio la segunda parte de la carrera con Jorge, pero éste parece estar más fuerte por lo que le animo a que no me espere. Después de un km y algo me descuelgo de él, le digo que voy a recuperar sensaciones que me siento justo para terminar con garantías.

         Aún así le mantengo a tiro todo el tiempo hasta que unos kms más adelante llego hasta él de nuevo y se produce la situación contraria. Cada km que pasa voy ganando en confianza, los entrenos de maratón están haciendo su efecto en cuanto a resistencia. Siguiendo corriendo por sensaciones llegaré bien a meta.

          A la altura del km 15 alcanzo a Jose y ahora voy yo en la delantera del trío, en el que nos seguimos unos  otros haciendo la goma pero sin descolgarnos. No me preocupa quién queda delante o detrás, me ocupo de mantener la concentración y que las sensaciones sigan siendo positivas.

         A partir del km 16 me siento fuerte, como si estuviera entrenando tranquilamente por mis circuitos, pero es en el km 19 cuando volvemos a hacer un giro que nos planta de frente al viento hasta llegar a Valdelacalzada. El ritmo es casi de 4:15 pero quiero mantener la misma intensidad, hasta que entramos en el pueblo, volvemos a asfalto y entramos en el último km, siendo momento de vaciarse.

          Me sobrepasa Jose de nuevo, e intento aprovechar su estela para llegar fuerte a meta. Tras un poco de confusión en un cruce vamos llegando a meta por lo que aprieto los dientes para llegar lo más rápido posible sin intención de disputar la posición.

          Cruzo la meta en un tiempo oficial de 1:24:17, que supone un 7º puesto en la clasificación general y un 3º de master C que me da derecho a subir a podium.

          En resumen, buenas sensaciones e inyección de confianza de cara a la maratón. Me voy contento de Valdelacalzada concluyendo que ha salido una buena carrera.

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San Silvestre Pacense 2023. Fin de año en positivo.


       "Las tradiciones están para cumplirlas" se dice por ahí y hay una tradición runner muy extendida que consiste en terminar el año corriendo, ya sea entrenando o compitiendo. Fiel a este lema, aproveché que en este último día teníamos la San Silvestre Pacense a las "puertas de casa" y así, además de cumplir la tradición aprovechaba para comprobar los progresos.



Km 3, por el parque. Foto: FotoBadajoz


           Después del Guadiatón de hace dos semanas, en donde completé los 10k en 38:40, me fijé como objetivo una mejora de al menos 20 segundos en la misma distancia para esta San Silvestre, aunque he de confesar que antes de tomar la salida hubiera apostado en quitarle más tiempo a esa marca.

         Las primeras horas de la mañana son de una niebla muy densa pero sin excesivo frío, pero a medida que se acercaba la hora de la carrera la niebla iba levantando dejando paso a una incómoda brisa provocando una sensación térmica de bastante frío.


          Tras tomarme mi tiempo en un calentamiento tranquilo me voy hacia línea de salida. Vista la dirección suroeste del viento (10 km/h), la estrategia es llegar lo más entero posible al giro del km 6,5. A partir de ahí el viento ayudaría todo lo que antes habrá molestado, pero si se llega sin piernas a ese punto de nada valdrá la ayuda. Me marco no correr más rápido de 3:45 el km, a la postre se vería que pecaba de optimismo.

         La salida es limpia y en seguida me ubico en mi lugar en la carrera sin necesidad de adelantar a ese grupo de corredores que suelen tomar la salida a tope. Pronto me encuentro ahí con Alberto, amigo con el que suelo compartir kms en competiciones, como en esta ocasión  haríamos más de media carrera juntos.

         Corremos por el Parque del Guadiana, hacia el puente de la Autonomía, el aire es favorable y tengo que contenerme para no pasarme de ese ritmo establecido. Pero la historia cambia al llegar al final del parque y volver por el camino de tierra, ahora con el viento en contra continuamente durante 5 kms.


Llegando a meta exhausto. Foto: Ana García 


          Con la misma intensidad el ritmo ahora ronda los 3:50. Por ese lateral del parque sigo corriendo con Alberto con la dicotomía de correr lo más rápido posible chequeando en cada instante la energía para no vaciar las reservas antes de meta. 

         A la altura del km 3 alcanzamos a dos corredores. Inicialmente me protejo detrás de ellos pero al poco los rebaso y me pongo por delante, aunque ellos se quedan detrás y no se descuelgan.

          Hemos llegado al final del parque y nos encaminamos a la carretera del azud. 2,5 kms de ida y otros 2,5 de vuelta. Hasta aquí he llegado "vivo" pero llega la cosa se complica ahora. Carretera llana pero muy abierta, sin obstáculos, lo cual hace que el viento de frente reduzca aún más el ritmo, siendo este sector de ida el más lento de toda la carrera con ritmos medios de 4:00. Alberto toma la delantera y yo sólo puedo mantenerme tras él, intentando al menos ponerme junto él para también servirle de ayuda pero sin éxito. Hemos alcanzado a Javi Fernández, que parece que nos ha esperado pues es capaz de ponerse a marcar el ritmo.


Foto: Ana García 


           Hay que tener cabeza fría y asumir que no es posible correr más rápido hasta que no vengamos de vuelta. Los dos corredores que adelantamos en el parque se mantienen detrás nuestra, ya que no hemos conseguido meter un ritmo que los haga descolgarse. Llegando al final de la carretera empezamos a cruzarnos con los primeros lo que nos espolea y nos hace correr un poco más rápido.

           Al cruzarme con mi amigo Juan me dice algo que no entiendo en su totalidad pero sí me llega la clave de su mensaje: "llegar hasta el giro", que interpreto que a partir de ahí la carrera es otra. Efectivamente así fue.

           Fin de carretera, giro de 180º para buscar el parque y ahora viento a favor. La gente empieza a soltar lo que tiene guardado. Alberto se va hacia delante, y me adelantan los atletas que iban detrás. A pesar de correr ahora por debajo de 3:50 sólo puedo mantenerles la estela.

            A la altura del km 7 paso un momento crítico, más mental que físico, en el que tengo la sensación que no voy a llegar a meta y casi me veo parando. Pero aguanto intentando evadirme en otros pensamientos o simplemente concentrarme y no pensar nada. Javi me dice que me ponga tras él para aprovechar el ritmo y eso me saca del momento crítico, aunque casi lo tiro al suelo al tropezar nuestros pies.


Hasta aquí llegó 2023. Foto: Ana García 


          Al km 8 la sensación es distinta ya que, aunque corremos cada vez más rápido, las piernas van fluidas con una respiración más estable. Me encuentro mejor y espero el momento en que volvamos a entrar al parque. A partir de ahí faltarán unos 700 metros en los que bastará con apretar los dientes. 

        Este último km es el más rápido de todos, a 3:42, para entrar en meta exhausto en un tiempo de 38:18 sin ganar ni perder ninguna posición más. La posición final no la tengo muy clara, tampoco hay clasificación oficial, pero entre el 16º y el 20º.

           No es la previsión optimista de bajar de 38 minutos pero sí cumplo la previsión realista, la que decía que la progresión lógica serían unos 20 segundos sobre el pasado Guadiatón, cerrando así con saldo positivo el 2023.

         

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Guadiatón 2023. Una clásica por Navidad

      Cada época del año tiene sus carreras que son las denominadas "clásicas", y con la llegada de las fiestas navideñas una de las clásicas  que me gusta meter en mi calendario de competiciones es el 10K del Guadiatón.

Foto: Ana Mª García

       Circuito llano, bien medido y siempre con buen nivel competitivo es raro que no salga una carrera rápida si la climatología acompaña. Hoy amanecía como un día impresionante para correr, soleado, fresquito y viento cero, pero a medida que se aproximaba la hora de tomar la salida se levantó una ligera brisa que posteriormente sería un incordio en carrera.

       La salida se toma puntual con más de 250 personas. Esta vez intento "apretarme" un poco para que no me adelante tanta gente en la salida y me suponga un trabajo extra posterior. La carrera ideal sería al estilo de lo que sucedió quince días atrás en Barbaño.

            En los primeros kms me encuentro corriendo a unos ritmos que rondan los 3:50 y en los cuales me encuentro cómodo. Busco encontrar el grupo de corredores adecuado que facilite mi carrera, pero ocurre varias veces que alcanzo a un grupo y me resguardo detrás, pero no me siento cómodo porque me siento frenado, así que sigo a mi ritmo hasta llegar a otro grupo. 

Foto: Ana Mª García

         Terminando el km 3 me pasa esto por última vez y me encuentro corriendo sólo, y con una serie de atletas detrás mía. Pero ahí, en ese punto, se define el grupo que iba buscando. Nos juntamos tres corredores, uno de ellos va haciendo su "juego" con acelerones que parecía que nos dejaba y después vuelta a ponerse en la parte trasera, y otro chico que iba corriendo a mi par, con unos relevos más coherentes.

      Aquí son 4 kms, del 3 al 7, en los que esa brisa que antes comentaba actúa como "mosca cojonera". No frena en exceso el ritmo pero está suponiendo un esfuerzo extra, así que hay que correr con cabeza y no vaciarse aquí para llegar con fuerzas al último tercio de carrera.

         Esos 4 kms son una pelea mental esperando que llegara ese giro a la derecha en el km 6,5, que suponga viento y ligera pendiente favorables. El entorno de la carretera en la que corremos, como lo es en toda esta comarca, está libre de obstáculos que te proteja del viento. 

       Miro el reloj por momentos para ver a qué velocidad corremos y está por los 3:55. Más lento de lo que hubiera deseado pero suficiente para estar satisfecho de mi carrera. La esperanza está en que llegada "esa curva a la derecha" la carrera será más rápida.

       El avituallamiento del km 5 no lo cojo porque creo que no me va a hacer falta. Ahora en frío analizo que la verdadera razón es que no iba "fino". Y por fin hacemos ese giro a la derecha.

Foto: Ana Mª García

        Más que acelerar lo que hago es aprovechar para recuperar sensaciones. Es en este momento cuando los dos chicos que me acompañaban se marchan por delante y, además, me adelantan Nino y otro atleta que vienen de detrás. Aunque no me esmero en perseguirlos esto, sumado a la entrada en el pueblo y el ánimo del público, hace que el km 8 sea el más rápido (3:46).

      A partir de aquí es aguantar el tipo hasta meta. Intento suavizarlo pensando que esos dos km suponen menos de 8 minutos más. Pensar en tiempo me hace creer que la agonía del esfuerzo acabará antes.

       El atleta que me adelantó previamente con Nino está al alcance. A poco que me recupere le puedo ganar el puesto antes de meta, pues estimo que puede ser de mi categoría. En concentración máxima avanzo, evadiéndome de lo que me queda, sólo corriendo, y así llega el último km.

        Voy sufriendo pero sin bajar el ritmo. "Aguanta que son dos calles", me digo, porque sé que cuando lleguen contrameta y recta de meta todo estará hecho. Y ahí están por fin, aunque el atleta de delante es inalcanzable.

           Y ahora sí, recta de meta, que por cierto, no la recordaba tan larga. Y ahí entro en un tiempo oficial de 38:39, 35º de la clasificación general y 6º de mi categoría. Tiempo que hay que analizarlo objetivamente para saber apreciarlo, por es cierto que aquí he tenido carreras mucho más rápidas, pero la situación ahora es otra sumado a que llevamos mes y medio de entrenamiento. Por tanto, contento.

            Próxima parada San Silvestre Pacense.

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8k Barbaño Corre 2023. Buenas sensaciones tras el caos inicial.

         La cercanía del fin del año y el prematuro ambiente navideño, hablando deportivamente, nos traen al calendario un sin fin de San Silvestres. Pero cuando hablamos de estas fiestas no podemos evitar relacionarlo con el Circuito de Carreras Run Navideño que se organiza en la comarca de Vegas Bajas. El pasado domingo aproveché para disfrutar y competir en una prueba de este circuito, el 8K Barbaño Corre. 

Km 2. Intentando buscar mi sitio tras el caos. Foto: Fran Cano

             La mañana amanece fría y con niebla. Mi amigo Fran, que me acompaña, me pregunta si de verdad el cuerpo me pide competir. Realmente no me apetecía nada ponerme de corto y en tirantas y exigirme físicamente, pero no tenía dudas de que una vez empezara a calentar mi percepción iba a cambiar.

          Me dispongo a tomar la salida con muchas dudas de lo que sería capaz de hacer. La estrategia de entrenar a bajas pulsaciones y, por tanto, a bajos ritmos, me hace pensar que no voy a estar preparado para ritmos altos que no "toco" entrenando. Sumamos el poco más de un mes desde que retomé los entrenos después del voluntario descanso físico de octubre.

Fran me acompañó a pesar de no competir

             Los primeros metros constan de un callejeo por esta pedanía de Montijo. Como siempre hay mucha gente delante mía pero más que nunca hoy sólo me preocupa mi carrera y no las posiciones. Estábamos aún en el primer kilómetro, con un pelotón estirándose poco a poco, cuando llega el caos.

               En una bifurcación de caminos claramente señalado con una flecha, el chico de la bicicleta que va abriendo la carrera toma el camino equivocado. Al menos 30 personas toman el desvío erróneo. Nos dimos cuenta justo cuando pasaba yo por esa intersección.


               Momento de no saber qué hacer, porque parece claro cual es el camino correcto pero ¿cómo no va a saber alguien de la organización el camino correcto?. Algunos nos paramos y gritamos a los de delante que se han equivocado. Se paran y retroceden a tomar el camino bueno. A su vez, a todos aquellos que habían pasado por el camino bueno y ahora abrían la carrera le pedimos que se esperen a que lleguen los de cabeza, pero como el que oye llover.

           Después de esperar un momento para favorecer que me adelanten los que se habían equivocado empiezo otra vez a correr con intensidad. Este primer km sale a 4:13, lo cual va a desvirtuar el ritmo medio de la carrera.


Terminando el km 6 llegaría lo más difícil. Foto: Fran Cano.

          En segundo km es un camino que rodea al pueblo. Hay una maraña de gente, entre los que iban ya conmigo, los que van recuperando posiciones y los que corrían más lentos pero habían aprovechado la equivocación; pero poco a poco se van depurando las posiciones y organizando el pelotón. Completada la vuelta al pueblo pasamos otra vez por el lugar del caos y esta vez sí tomamos  bien el camino que antes era el equivocado.

         En el tercer km salimos del pueblo. Siento que voy a un ritmo bueno y que lo aguando bien. Alcanzo a algún corredor y a algún grupo en el que inicialmente pienso quedarme. Un corredor de este grupo parece que se incomoda al ponerme en la parte delantera del grupo y acelera el ritmo para seguir marcando él el paso de todos, así que me quedo detrás suya para desgastarme menos. Ese tercer km sale a 3:44.

Entrada en meta. Foto: Fran Cano

         Tomamos un giro a la derecha para correr por otra carretera. Aunque el viento no es fuerte (7,5 km/h) aquí da de cara y se nota. Durante un recta de dos kms lo tenemos presente pero sabiendo que, como nos estamos alejando del pueblo, a la vuelta va a ser favorable. Entre el tiro yo o tiras tú los dos nos quedamos solos y el resto del grupo se queda. Lo que más me ocupa ahora es un chequeo constante de fuerzas y energías, ya que hacía tiempo que no rodaba a estos ritmos y no quiero "pasarme de rosca" y pagarlo mucho antes de llegar a meta. 

        Tras estos dos kms de viento desfavorable, ambos a ritmo de 3:46, giramos de nuevo a la derecha en un giro casi de 180 grados para volver al pueblo ahora con el viento a favor. El correr es ahora bastante más fácil y me tengo que controlar varias veces cuando veo que corro a 3:40 o más rápido porque sé que no es mi nivel en este momento y no lo voy a aguantar. Ahora soy yo el que corre delante y el otro atleta el que me sigue y, por su respiración, parece que con dificultad. A unos metros hay otro atleta a tiro. Al más mínimo flaqueo podría alcanzarlo. 

Podium Master C. Foto: Fran Cano

       A pesar de intentar controlarme, este sexto km sale a 3:39 y nos deja a las puertas de Barbaño. Este km7 es el que se me va a hacer más difícil mantener el ritmo. Mi compañero de viaje me ha vuelto a adelantar y me da ánimos para seguir pero esta vez se me va unos metros de más. Sé que si sufro este km entero, el siguiente y último lo corre el corazón y sale rápido sí o sí. Lo consigo completar en 3:48.

       En el último km recupero otra vez el ritmo, empujado por el sonido cercano de la megafonía de meta. Me acerco de nuevo al mismo corredor pero voy tan centrado en mí que no me planteo ni un solo esfuerzo en adelantarle y así sería hasta el final. Las piernas duelen pero a estas alturas de carrera uno no se guarda nada. Calle por aquí, otra calle por allá y, por fin, recta de meta y terminando casi sin aliento haciendo el último km a 3:41.

En meta con el amigo Juan Parejo. Foto: Fran Cano

       Tiempo final de 30:05, a una media de 3:48 min/km, siendo 14º en la clasificación general y 3º de categoría junto a los amigos José Manuel Cabrera y Casi Rodríguez.

         Saldo positivo me da esta carrera, pues denota una progresión en las dos últimas semanas, desde la carrera de Cheles. Dentro de otras dos semanas tendremos la oportunidad de volver a medir nuestras posibilidades en el tradicional Guadiatón de 10 kms.

      

       

          

       

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18º Carrera Popular de Alqueva. Carrera en solitario para un cuarto puesto.

       Habiendo empezado a entrenar de nuevo a principio de noviembre, con sesiones suaves y muy contenidas, con mejoras lentas pero asentando las bases para seguir "construyendo" a medio y largo plazo, y metiendo alguna competición para medir los progresos y a la vez divertirnos, se ha presentado esta 18º Carrera Popular de Alqueva, en Cheles.


Ultimos metros de la carrera. Foto: Fran Cano


       Inicialmente prevista para el 29 de octubre, finalmente esta prueba se aplazó hasta hoy 19 de noviembre, lo que me permitió poder correrla pero quizás haya sido uno de los motivos de la baja participación de atletas en comparación con ediciones pasadas. Esta prueba siempre fue una clásica en el calendario de carreras en la provincia de Badajoz.

        El día amanece con niebla espesa pero la temperatura es agradable y no hay apenas viento. Viajo con Isra y Fran pues la familia no pudo acudir por razones familiares. Las condiciones son idóneas para correr.

Llegando al giro de 180º. Foto: Fran Cano


           Sin más pretensión que ver la progresión respecto del último 10k en la Carrera del Cancer en Badajoz de hace dos semanas nos plantamos en línea de salida. Por cierto ¡vaya forma de dar la salida!. Llega un señor a la zona de salida mirando el móvil y de buenas a primeras, medio en broma, dice "venga ya, salid". La gente empieza a correr sin dejar de mirarse para ver si realmente era la salida o falso aviso. Era la salida real. Salvo eso, la organización impecable, aunque yo le daría una vuelta a la promoción previa de la carrera y al sistema de inscripción.

          ¡Empezamos! Dos vueltas de 5 kms por delante y aparentemente sin gran nivel competitivo. Aunque mi objetivo es ir con cautela y no pecar de optimismo los dos primeros kms salen a 3:39 cada uno, motivado principalmente porque se corren con perfil favorable.


El regreso al pueblo era más costoso. Foto: Fran Cano


      Abren la carrera Juan Manuel, un atleta de Villanueva, y mi amigo Isra Mata, unos metros detrás otro duo con Jorge y otro atleta, y posteriormente yo, en solitario, sin nadie por detrás amenazando alcance. Realmente Jorge está corriendo el 5k, por lo que mi posición real en carrera es 4º.

       A la altura del km 3 ya baja considerablemente mi ritmo, porque se acaba el punch de la salida y porque de vuelta al pueblo, tras el giro en el pantano, el perfil ya no es tan favorable. Las posiciones están bastante definidas por delante y por detrás como para saber cómo va a acabar la carrera en estas primeras plazas., por lo que trato de hacer mi carrera sabiendo que, salvo accidente, acabaré cuarto y corriendo sólo hasta el final.

Llegada a meta. Foto: Organización

      De aquí en adelante sin mucha más historia más, salvo el mencionar lo duro que se me hizo el último km y medio. Bastante lento este último tramo, aunque en recta de meta aprovecho la bajada para entrar en público con una zancada aceptable y digna de un cuarto puesto.

        Tiempo final de 39:42, con un 4º puesto de la clasificación general y 1º de mi categoría. Completamos así la octava participación en esta carrera, lejos de los tiempos de antaño pero disfrutando igual de esta carrera. Mi mejor tiempo aquí fue un 36:02 en 2018.


Podium de categoría. Foto: Fran Cano

         Seguimos entrenando para ir mejorando poco a poco con el objetivo a lejos de la Maratón de Badajoz en marzo. Posible próxima parada el 8k de Barbaño dentro de dos semanas.

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La Carrera Solidaria "Badajoz Contra el Cáncer" como punto de partida

        Hay momentos en que nos gustaría tener un botón de "reset" como los aparatos electrónicos para, cuando algo no funciona, reiniciar motivación, entusiasmo y energías. Pero como no es así, para conseguir algo parecido es necesario tomar un descanso prolongado, como el que yo me he tomado justo antes de esta Carrera Solidaria "Badajoz Contra el Cáncer".


Km 4,5 en donde me quedo solo. Foto: Fotobadajoz


          Ha sido casi mes y medio de descanso con el único objetivo de darle al cuerpo descanso y volver a correr y competir con buenas sensaciones. Retomé esta semana y sin apenas entreno he corrido esta carrera sin más pretensión que fijar un punto de partida para, a partir de ahí, volver a construir  un buen estado de forma física y ser de nuevo competitivo. 

              Mañana despejada y con algo de viento, aunque algo leve para lo que hemos sufrido esta semana. La idea inicial es salir contenido, a ver qué quieren hacer las piernas e ir poco a poco incrementando el ritmo si hay buenas sensaciones, siendo consciente de que se está en baja forma física. 

      Pero a punto de tomar la salida se "inician los contactos para crear alianzas de carrera". Los amigos Cardesa y David Arasa me comentan que tienen idea de iniciar a un ritmo de 4:00. En principio me parece ambicioso pero no lo descarto, a la espera de ver cómo se van desarrollando los hechos.

        Al tomar la salida tengo bastante gente corriendo delante pero con paciencia voy adelantando  cuando encuentro huecos hasta poder encontrar mi sitio de carrera. Al poco llego hasta Cardesa y me quedo ahí con él ya que este circuito a dos vueltas y con algo viento no es muy adecuado para correr solo.


Primer paso por meta. Foto: Rosa


        Ya en la carretera hacia el Club de Piragüismo, algo delante nuestra, Arasa y Guillermo que ven que vamos justo detrás y nos esperan para hacer un grupo con más ayudas. Así cumplimos la alianza que antes comentaba en línea de salida.

       El ritmo que llevamos (3:50-3:55) en grupo es más rápido que lo que hablamos antes de empezar y también más rápido de lo que yo desearía pero, a sabiendas de no poder mantenerlo hasta el final, me va a ser de gran ayuda para ir ganando tiempo km a km y después "remar" hasta meta con lo que haya.

       Por momentos haciendo la goma y por momento volviéndome a enganchar completo la primera vuelta casi entera con ellos. Justo antes del primer paso por meta me quedo atrás definitivamente y va a tocar encarar los últimos 5 kms solo, pero ya llevo un colchón de tiempo ganado pues el ritmo medio hasta ahora ha sido de 3:54.

        A partir de aquí intento fijar una intensidad alta pero sostenible. El ritmo ha bajado pero se va manteniendo algo por debajo de 4:00 y de esta forma consigo ganar una posición y por delante veo al amigo Rafa Barreto. Para llegar hasta él me aprovecho de la estela de Victor Parra, que me acaba de adelantar y no he sido capaz de seguir.

         Ya estoy con Rafa y giramos 180 grados para encarar los últimos 2,5 kms con viento a favor. Empiezo a notar el esfuerzo y las piernas me piden bajar la intensidad. Veo a Rafa más entero y le pido que no me espere, que siga con su carrera, pero él insiste en terminar juntos la carrera por lo que me veo en la obligación de apretar más los dientes y no rendirme.

         Curva tras curva, sector a sector vamos completando juntos los metros que faltan, sabiendo que el sub 40 minutos está prácticamente conseguido. Le digo a Rafa que entre él primero en meta, ya que me ha estado ayudando y esperando, que por lo menos se plasme en la clasificación a lo que también se niega.

         Últimos metros por fin. Con mucho esfuerzo he conseguido no claudicar. En meta me aseguro que Rafa entre un paso por delante mía, pero extrañamente en la clasificación aparezco por delante suya.

          Finalmente completo los 10 kms con un tiempo oficial de 39:24, el cual no me hubiera imaginado al tomar la salida después de tanto tiempo de descanso y sólo una semana de entrenos. Un buen punto de partida de referencia para ir mejorando en el futuro próximo.

        

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Circuitos para correr en Badajoz (II). Parque del Rivillas.

      El Parque del Rivillas es un precioso espacio que se extiende por varios barrios de Badajoz, pero tiene un origen trágico, y es que está ubicado a ambos márgenes de los ríos Rivillas y Calamón, en donde en 1997 una crecida de estos ríos inundó las casas que entonces allí estaban construidas, llevándose muchas vidas por delante.



      Con el fin de que esto no volviera a suceder en un futuro se produjo la demolición de aquellas viviendas y en su lugar se creó una estupenda zona verde con varios kilómetros de caminos, vegetación, columpios y aparatos de gimnasia pensados para la tercera edad. Antes de que se fundara el famoso Parque del Río Guadiana en 2015, ésta era una de las zonas con mayor afluencia de runners en Badajoz.

         El circuito completo comprende 6,5 kilómetros de caminos de tierra, aunque para poder completarlos es necesario salir del parque muy brevemente en dos ocasiones, Esto es así porque para pasar de una margen del río al otro es necesario subir a los puentes con tráfico rodado que lo cruzan.


           Son varios los aspectos positivos que nos pueden hacer decidir esta zona para realizar nuestro entrenamiento: 

  • Camino de tierra natural, sin hormigón o cemento debajo.
  • Zona verde bien cuidada y buen mantenimiento.
  • Prácticamente llano.
  • Dispone de fuentes en las que poder beber.
       En cambio, también hay factores que nos pueden echar para atrás y declinar entrenar por allí:
  • En verano, coincidiendo con las altas temperaturas y el bajo nivel de los ríos, hay zonas en las que hay un olor desagradable. Aún así son puntos muy concretos.
  • La iluminación es escasa o casi nula. Cuando es de noche se hace complicado correr, ya que aunque nos conozcamos el circuito de memoria es posible pisar una zona irregular y tener un accidente.
  • Cuando cae la noche, sobre todo en verano, es posible encontrar pandillas en algunos bancos a los que les gusta hacer la gracia cuando tú pasas corriendo.

      

    Si te parecen pocos kilómetros, puedes dirigirte desde este circuito hacia el Puente Real, cruzarlo y volver por el otro margen del río, por el Circuito del  Parque del Río Guadiana, hasta el Puente de la Autonomía que también cruzarías para volver al Parque del Rivillas. Resultarían unos 14 kms.

      En épocas de preparación de maratón, para hacer una tirada kilométrica, podemos unir este circuito con el de la plataforma, río abajo, resultando un total de 32 kilómetros.


       Desde este parque también te puedes dirigir a uno de los circuitos más escarpados y emblemáticos que te puedes encontrar por Badajoz, conocido como el Perímetro. 

       Sin duda entrenar por el Parque del Rivillas es una muy buena opción para correr tranquilamente por un entorno verde muy agradable. A continuación tienes el enlace de Strava de este circuito.
























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